viernes, 19 de noviembre de 2010

Versión definitiva

Siento ser pesada XD, pero es que hoy juntando todo el cuento, me he dado cuenta de que sobrepasa demasiado el límite máximo de páginas a presentar. Entonces he tenido que amoldarlo un poco. Esta sería la que viene siendo la versión definitiva del cuento.

Hace ya algún tiempo, había una niña de seis años que soñaba con algún día ser la dueña de una gran tienda de flores, Sharon. Era tal su pasión, que era ella la que mantenía el pequeño jardín de su casa, llenándolo de flores y plantas. Ese jardín era su paraíso de cuento de hadas, en el que se refugiaba a jugar con sus diminutos amigos imaginarios.

Un día comiendo una manzana, cayó en la cuenta, que no había plantado nunca un árbol. Decidida, terminó su fruta, y con delicadeza extrajo las pequeñas semillas del corazón. Hizo un pequeño agujero en el suelo y dejó caer las semillas. ”Creced pronto ¿vale?” concluyó, tapó el orificio y lo regó.

Un día caluroso de verano, sus padres le dieron una terrible noticia, se iban a divorciar. Pero aquello no era lo peor de todo, además se mudaban a la ciudad, con su abuela. Lloró impotente ante tal horrible situación. Poco a poco, en aquella gris ciudad, llena de gente con prisas, Sharon iba sumiéndose en una gran tristeza. Ya no tenía nada, no tenía ni su jardín. Había perdido su refugio, a sus pequeños amigos.

Pasaron los años y Sharon, la niña de seis años, ya era toda una mujer. Casada y con un buen trabajo de abogada en un importante bufete de la ciudad. Tenía todo lo que una persona podría desear. Pero ella sentía a veces que le faltaba algo.

Una mañana en el trabajo, le llegó un nuevo caso. Éste era diferente, puesto la clienta era una persona que salía en los medios de comunicación, así que tendría que ejercer de abogada a domicilio. La mujer, Rebecca, vivía en las afueras, así que tuvo que coger un taxi. Le dio la dirección y cuando llegó a la puerta de la casa, no daba crédito con lo que veía. Había vuelto a su antigua casa. Ante tal incredulidad no se percató de que una señora de unos setenta años y de pelo cano estaba esperándola. Era Rebecca. Se presentaron y estuvieron hasta tarde hablando del caso. Al final Sharon sacó el valor de comentarle a la anciana que esa había sido su antigua casa.

Rebecca le estuvo explicando que en cuanto ella y su marido vieron la casa, la adquirieron de inmediato. Pero ella realmente lo que más le gustó fue el jardín. Sharon ante tal sorpresa le preguntó que si aún lo conservaba. Rebecca asintió y la invitó al reencuentro.

Y allí estaba, un gran árbol cargado de hermosas y rojas manzanas. Lo acarició como diciéndole: “pues si que has crecido”. Rebecca observó a Sharon durante un rato y le ofreció un cesto para que se llevara las manzanas que quisiera. Y Sharon así hizo.

Cuando llegó a casa, mientras colocaba las manzanas entre pensamientos, una de ellas cayó al suelo partiéndose exactamente por la mitad. Pudo observar que había algo en el centro. Al acercarse, sorprendida, vio una niña pequeñita, pequeñita del tamaño de una nuez, acurrucada dentro de la manzana. Sin dar crédito a lo que estaba viendo, cogió el trozo de manzana con la niña y se la fue acercando a la cara para terminar de creer lo que estaba viendo. De repente la niña abrió los pequeños ojos y se desperezó. Movió sus diminutas alas y dijo un “¡Hola!” efusivo.

Sharon asustada casi se cae al suelo, intentando reponerse y creer lo que estaba viendo, le preguntó al fin que qué era. La pequeña le dijo que ella era una Sherry Toddler, pero también le dijo que estaba sorprendida de su reacción puesto que Sharon antes veía a los seres como ella y le entristecía que los hubiera olvidado. Después de esto, la Sherry Toddler cambió de nuevo su expresión a una más preocupada y le dijo a Sharon que ella estaba aquí por alguna razón, pero no recordaba cual.

Entonces a Sharon se le ocurrió una idea, para compensarla. Buscaría por internet. Lo que encontró fue: "Son pocas las fábulas que nos hablan de las Sherry Toddler, o niñas manzana. Pero todas coinciden en lo mismo, son hadas cuyo fin es el de aportar vida. Cuando una Sherry Toddler entra en nuestra casa, como favor a devolver, es ponerle un nombre".

Tenía que ponerle un nombre. Mirando lo poco que había encontrado se le ocurrió un nombre: Fable. Parece que a la pequeña le gustó. Esa misma noche el marido de Sharon conoció también a la pequeña niña manzana.

Durante unas semanas, Sharon continuó trabajando en el caso de Rebecca y le presentó a Fable. La anciana estaba muy contenta. Una tarde Fable habló de algo importante con Rebecca.

Días más tarde, en su casa viendo la televisión junto a su marido, interrumpieron la emisión del programa para dar paso a una noticia de última hora:

"Sentimos interrumpir la conexión en estos momentos, pero una noticia de última hora ha conmocionado al país. La excéntrica cantante de jazz Rebby Millen ha fallecido hace escasos unos minutos. Yacía en el jardín de su casa... ".

Las imágenes que pusieron, mostraban la historia de una mujer joven que recorrió sus mejores momentos en los mejores escenarios a nivel mundial. Al final Sharon se dió cuenta de que esa mujer era Rebecca. No pudo evitar emocionarse, pues no podía creérselo. No la había reconocido. Sharon no daba crédito a lo que en la televisión estaban diciendo. Fable a su lado le dijo que ya sabía cual había sido su objetivo. Sharon estaba sorprendida. Pero la niña le dijo que le había llegado su momento, que es ley de vida. “Todos los seres nacen y mueren, incluso los más longevos como yo, ella ahora está con los míos”. Además, como muestra de agradecimiento, la pequeña se ofreció a hacerle una predicción del futuro de Sharon, ésta aceptó. Le dijo que sería muy feliz, junto a su familia. Del amor que se procesaban nacería una niña preciosa, la cual heredaría todas las flores de Sharon. “Mi objetivo es el de traer vida, tú misma me lo dijiste” concluyó Fable.

Transcurridos unos meses, Sharon y su familia acudieron a casa de Rebecca a dejar unas flores que habían recogido. Para su sorpresa había un cartel que decía: "SE VENDE".

Sharon miró a su marido y éste comprendió su mirada. Comprarían la casa y podría enseñarle a su futura hija las maravillas de ese jardín. Pasarían sus vidas allí, en la casa que la vio crecer hasta los seis años.

Muchas gracias, en cuanto me déis vuestra opinión lo envío ^^

6 comentarios:

  1. Me parece perfecta, por mi adelante.

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  2. Esperaré un par de opiniones más y tiraré adelante ^^

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  3. Osti!! Me ha gustado mucho!! Es muy emotiva y amena, a la vez de fantástica :D. Ánimo Vero! A luchar por ese primer puesto :)

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  4. XD Gracias Mr. Sandwichson, pero de momento con presentarlo me basta, el resto ya se hará XD

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  5. Ueeeeeee, por fin la he leído y... no he entendido muy bien lo que pasa. La tal Rebby Millen que muere, es la Rebecca, para la que estaba trabajando Sharon. Osea, que llega la niña manzana y se carga a la vieja para que Sharon pueda volver a su casa original, no? Qué cruel! Jajajajajaja es coña, es coña. Pero por un momento pensé eso. La cosa es que Sharon, por todo lo que sucede, acaba comprando la casa en la que había crecido, no? Eso es bonito pero me ha dado pena que Rebecca muera, así, como de sopetón... :( aún así como historia creo que está muy bien como está. Enhorabuena y suerte.

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  6. Ya se que da pena, a mi también me la dió cuando tuve que matarla, pero era necesario sacarme de encima a la vieja XDDDDD, nah es coña, si que es verdad que me dio cosilla, pero si no lo hacía, la moraleja de la historia no me cuadraría.

    Ya he mandado el cuento, a ver si hay suerte. Gracias a todos por leerla y darme vuestra opinión ^^

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